A sólo tres meses de la entrada en vigencia de la Ley de Etiquetados de los Alimentos y de la implementación de la norma -que obliga a las marcas a entregar una advertencia en todos los productos envasados que superen ciertos niveles de azúcar, sodio, calorías y grasas-, aún hay áreas grises donde todavía existe el debate.

 

En materia de publicidad, hay diversas interrogantes que parecen no estar resueltas, como el denominado concepto de “cajita feliz”. Esto porque a partir del 27 de junio las marcas no podrán realizar ningún tipo de gancho comercial que induzca a la compra o consumo de un producto que contenga algún elemento considerado “alto en”.

 

Por su parte, el Ministerio de Salud prefiere no estereotipar la acción reguladora, asegurando que “el problema no es el concepto de cajita feliz manejado por la publicidad, sino el elemento vinculado a la venta”, prohibiendo así todo tipo de avisaje respecto a los productos que entren en esta categoría.

 

De esta manera, la puesta en marcha de la nueva ley cambiará para siempre la forma en que las marcas realizan la publicidad de sus productos, ya que ahora no sólo deberán apostar por llamar la atención de los usuario, sino que también tendrán que hacerlo destacando los atributos positivos de los diferentes artículos.

 

Labor que, sin duda, supone un nuevo desafío para la industria, que ya ha sido golpeada por la tecnología, cambio en el comportamiento de los usuarios y otras regulaciones que modificaron para siempre el modelo tradicional de la publicidad.

 

 

 

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