Un actor negro que sale de una lavadora como un joven asiático, fue la imagen por la que una empresa china ha causado la polémica y se la ha acusado de racismo. En el artículo 1 del código de ética publicitaria de Conar se explica que “los mensajes publicitarios no deben discriminar arbitrariamente, denigrar, menospreciar, ridiculizar, ni burlarse de personas o grupos, en especial por motivos raciales, étnicos, religiosos o por su género, edad, discapacidad u orientación sexual”, por lo que esta noticia resulta especialmente relevante para el sector.

 

En un principio, la marca de detergente Qiaobi rechazó las críticas por este anuncio acusando que los medios extranjeros son ‘demasiado susceptibles’, de acuerdo a las declaraciones de un portavoz del grupo de cosméticos Shanghai Leishang, citado por el diario oficial Global Times. Las imágenes no suscitaron la misma indignación en China, aunque después de la polémica internacional, algunos internautas expresaron su ‘malestar’ en la plataforma de microblogs Weibo. Las olas de protestas vinieron de las páginas de información estadounidenses, criticando los prejuicios y discriminaciones que sufren las personas negras en China.

 

Desde la empresa, las disculpas públicas llegaron así el pasado domingo, asegurando que lamentan ‘que la publicidad haya causado tanta controversia’. El comunicado público difundido por la red social oficial china añadía: ‘Nos disculpamos por el daño hecho a los africanos con la difusión de la publicidad y la exagerada exposición del asunto en los medios de prensa. Además desde el sábado el anuncio ha cesado su difusión y se borraron todos los enlaces relacionados.

 

A pesar de las declaraciones, el anuncio, -difundido en internet y convertido rápidamente en viral-, resultó bastante explícito, ya que muestra a un hombre negro musculoso con una camiseta blanca y manchada de pintura, que se acerca a una joven china que está lavando ropa. Luego, la mujer le pone en la boca una dosis de detergente antes de meterlo a la fuerza en la lavadora. Instantes después, un joven asiático con una camiseta blanca inmaculada sale de la máquina, dejando a la mujer fascinada.

 

 

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