Actualmente las empresas dedicadas a elaborar alimentos siguen promocionando comidas poco saludables para los niños, llevando a cabo estrategias que tienen como resultado una población infantil con sobrepeso y obesidad en alza.

 

La estrategia para lograr cifras en ventas es ilimitada. Hay promociones -particularmente de comida chatarra- que son acompañadas de un juguete a la moda, incentivando un incremento de consumo en menores. Otro recurso es utilizar dibujos animados en los envases de sus productos.

 

De esta manera, la dieta infantil se ve afectada por los avisos, ya que promueve la mala alimentación, poniendo en riesgo la salud de los niños. Foodwatch, organización independiente que protege derechos del consumidor, denunció que 90% de los comestibles que se anuncian y están dirigidos a este grupo etario, no cumplen con los estándares nutricionales que promueven una dieta sana. Además, sus mensajes publicitarios no fomentan la comida saludable.

 

En Chile, el Código de Ética Publicitaria tiene el rol de regular las actividades que lleven a cabo las empresas. En el caso de los avisos que vayan dirigidos a menores de edad, sostiene en su Artículo Nº6 que: “La publicidad no debe explotar la ingenuidad, inmadurez, inexperiencia o credulidad natural de los menores de edad, ni abusar de su sentido de la lealtad. Tampoco debe explotar la vívida imaginación de los niños y el uso de fantasías al crear mensajes que se aprovechan de su ingenuidad comercial”.

Las etiquetas de cada producto alimenticio debe tener siempre la cantidad de: calorías, grasa, azúcares totales, entre otros. Asimismo, la organización Foodwatch con la demanda pretende conseguir que se cobre un impuesto a la empresa que venda cualquier tipo de alimento que exceda la cantidad de azúcar o sal, esto con el fin de evitar las dietas poco saludables para niños.

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